jueves, 17 de julio de 2008

Cuando las convicciones valen mas que un puñado de promesas

‘Es el momento más difícil de mi vida […] No puedo apoyar […] Que la Presidenta nos perdone, me perdone […] Mi voto no es positivo’

Fue, finalmente, el vicepresidente Julio Cobos quién destrabó el conflicto político-social que tuvo como protagonistas, por un lado, al sector agropecuario, y por el otro al Gobierno de Cristina Fernández.
Con esas palabras, pasadas las cuatro de la madrugada y en un lapso de 35 minutos, el titular de la Cámara alta, con la mirada de toda la Nación puesta en él y ante la sorpresa de más de uno, se inclinaba por rechazar el proyecto enviado por el Ejecutivo.
¿Qué llevó al vicepresidente Cobos a votar, como lo diría minutos antes el senador Pichetto, ‘en contra de este Gobierno’? A Cobos lo guió la razón, sus ideas y sus convicciones. En ese momento no era otro, si no él, quién debía dejar en claro cómo se debe votar en los recintos y en la vida misma. Con nuestras propias convicciones. No debiera influir por sobre nosotros nada ni nadie.
Esto último no es el caso del catamarqueño Ramón Saadi, un kirchnerista que luego de años de conflicto se acercó al proyecto oficialista en su provincia y que hasta ayer pedía ‘una ley consensuada’. El senador desapareció seis horas del recinto, mientras su hermana Alicia negociaba con éxito en la Casa Rosada. Qué lo hizo cambiar de opinión respecto al proyecto oficial: de esas negociaciones logró un lugar en el directorio del Banco Nación, la intervención del PJ catamarqueño y la reelección de su esposa como diputada provincial. Además, el acuerdo incluye apoyo político y financiero para su vuelta como gobernador.
Ramón Saadi. De enemigo a aliado clave. No nos interesa. No nos sirve. No le sirve a la Nación. Su imagen es lastimosa y causa rechazo. No queremos más en el Congreso ni en altos cargos a entes como Ramón Saadi.
De igual manera, se reavivó el debate parlamentario, que es más que satisfactorio. A lo largo de las maratónicas 18 horas, se pudieron destacar dos senadoras casi desconocidas que se atrevieron a desafiar a los Kirchner al votar por el ‘No’. Ellas son Elena Corregido del Chaco, y Teresita Quintela de La Rioja (enfrentada con el matrimonio K desde las últimas elecciones).
Por lo demás, se pudieron observar muy buenas argumentaciones de la histórica senadora Hilda ‘Chiche’ Duhalde (PJ disidente), María Eugenia Estenssoro (Coalición Cívica), los senadores Sanz y Morales por la Unión Cívica Radical, entre el arco de la oposición.
El senador Pichetto se encargó de dejar bien en claro a los senadores ‘oficialistas’ a lo que se enfrentaban si rechazaban la propuesta K. Fustigó al resto del cuerpo al plantear que no se debía votar ‘cada uno como se le de la gana’, sino que había que votar lo que el Gobierno presentó en el recinto. Es decir, a ciegas. Habló también, en un claro mensaje para Cobos, de la traición que significaría votar en contra de este Gobierno que ‘nos permitió llegar a donde estamos hoy’. Desesperación, nerviosismo, incoherencia. Pichetto no pudo ni puede perdonar al matrimonio K por haber puesto a Cobos en la vicepresidencia. Ayer quedó bien en claro, sin embargo, su compromiso con el pueblo (sic).
Seguir la transmisión durante diez horas me hizo recordar que vale la pena pelear por lo que uno cree y siente. Pensamientos que uno a veces olvida, al ver a gente como Saadi o Pichetto. Lo de ayer fue una lección. Y definitivamente será un hito, como planteó el vicepresidente, junto con tantos otros acontecimientos, tanto dentro como fuera del Congreso a lo largo de la historia.
Lo de ayer fue un acto de humanidad, de poderosa fe en las instituciones y de un sentido de pertenencia enorme para con el país.
‘Que la historia me juzgue. Espero no equivocarme’ Si se actúa respondiendo a nuestra mente y a nuestro corazón, lejos de toda influencia ajena e incluso lejos de todo fanatismo, nos tenemos que quedar tranquilos. El pueblo juzgará, pero solo en nuestro interior estará la verdad. Y de esa verdad se desprenderá una paz y una serenidad tal vez inexplicable. Pero que son indicadores de que se hizo lo correcto, por lo menos con nuestras propias convicciones.
Lo de ayer no fue sólo una sesión más. Vimos a Julio Cobos al borde del quiebre emocional. Esto dice mucho de un hombre que es inteligente y racional. Esperemos que el acto de ayer se traduzca, como dijo por la mañana el vicepresidente, como una ‘maduración de la democracia’. No lo dudo.

Por Juan I. Agarzúa

jueves, 10 de julio de 2008

Estuvieron todos, incluso el diputado Banelco

Un mes de conflicto era un chiste. Tres meses, se convirtieron en una preocupación. Tuvieron que pasar tres meses para que los argentinos podamos ver lo que se tendría que haber hecho el 11 de marzo pasado. La mal llamada ‘Ley de Retenciones’ llegó al recinto de la Cámara Baja del Congreso. El motivo del debate fue la ratificación de la resolución 125, disparador del conflicto, que ejecutó el ex ministro de economía Martín Lousteau. La iniciativa del proyecto de ley prevé la conformación del fondo de redistribución social y determina que el Ministerio de Planificación será el responsable de las futuras obras. En el primero de los ocho artículos, el proyecto contempla precisamente la ratificación de la resolución 125 anunciada el 11 de marzo y su modificatoria 141, con el cual se modificaron los precios topes y sus respectivas alícuotas, y las complementarias 284 y 285, destinadas a mejorar la situación de los pequeños productores. El segundo artículo determina que el tratamiento parlamentario será "sin perjuicio de la vigencia de las medidas dictadas y sin desmedro de las facultados ejercidas para ello", tal como estipula el Código Aduanero. Los artículos 3, 4 y 5 crean el Fondo de Redistribución Social que destina un 60 por ciento de lo recaudado vía retenciones a la soja para la construcción de hospitales públicos y centros de salud; un 20 por ciento a viviendas populares y otro 20 a la realización de caminos rurales. El artículo 6 delega el manejo de los fondos en el Ministerio de Planificación Federal. Los artículos 7° y 8° son de forma.
Con siete votos de diferencia y dos abstenciones (129 – 122), el oficialismo logró su tan ansiada aprobación en la Cámara de diputados. Ahora van por la Cámara Alta.
Hay que detenernos en un punto y es en la maratónica sesión llevada a cabo para lograr esta sanción. Desde hacía casi cinco años el Congreso era tan solo una escribanía, y ahora se aboga por la ‘democratización’ y el ‘aumento del respaldo institucional’ de la medida de la controversia. A lo que apunto es que estas sesiones y deliberaciones – propias del poder Legislativo y por ende de senadores y diputados – se tenían que llevar a cabo a lo sumo la semana del 11 de marzo. Por el contrario, se decidió aplicarla a través de un decreto con carácter de necesidad y urgencia.
Lo más curioso fue el drástico cambio de parecer de algunos legisladores del interior o de aquellos partidos con poca representación parlamentaria. La gran mayoría se encontraban en el status de ‘dudosos’. Pero incluso había otros que habían expresado abiertamente su rechazo al proyecto oficial. Todos ellos votaron a ciegas por la ratificación, y su voto estuvo, coincidentemente, relacionado con la noticia de respaldos económicos para sus ciudades o provincias de origen. Qué lamentable. No entiendo cómo pueden volver a sus ciudades y ver a los ojos a aquellos pocos que los votaron. En realidad sí lo entiendo, pero no lo quiero creer. Porque vamos a llegar al Bicentenario sin un compromiso pleno con la ciudadanía ni con la Nación. Y me incluyo porque, si bien no he votado aun, formo parte de esta sociedad argentina.
Si hay algo que destacar de esta situación, es el real debate desatado en las comisiones de Agricultura y Hacienda de la Cámara de Diputados. Se pudieron apreciar muy buenos argumentos de parte de todas las bancadas, inclusive de la tan golpeada y, por estos tiempos, desaparecida oposición.
Más allá de esto hay que considerar que después de tantos años el Congreso cobró vida, y, al mismo tiempo, aparecieron por los pasillos de las comisiones y los bloques viejos fantasmas de la década pasada, tanto legisladores – que uno pensaba o tenía la ilusión de que ya no ocupaban una banca - como el propio fantasma Banelco, por supuesto.
Por Juan I. Agarzúa

jueves, 3 de julio de 2008

Rescatan a Betancourt y a 14 rehenes

BOGOTA.- En un impresionante operativo de inteligencia, que provocó sorpresa y conmoción en todo el mundo, la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt, un símbolo mundial de los secuestrados, fue rescatada ayer sana y salva por las fuerzas de seguridad de su país, junto con otros 14 rehenes, después de más de seis años de cautiverio en la selva.
"Esta es una señal de paz para Colombia", dijo entre sollozos una emocionada Betancourt, aparentemente en buen estado de salud, en sus primeras declaraciones tras ser liberada.
El audaz rescate, en el que no se disparó un solo tiro, fue posible después de que agentes de inteligencia lograron infiltrarse en la cúpula de la guerrilla y engañar a los rebeldes para que entregaran los rehenes al ejército.
La liberación de Betancourt supone uno de los peores golpes a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en sus más de 40 años de historia y ocurre después de que la guerrilla sufriera duros reveses en los últimos meses, incluida la muerte de por lo menos cinco de sus líderes. La ex candidata era considerada por la guerrilla su principal moneda de cambio en las negociaciones con el gobierno.
El incruento rescate representa el mayor éxito de la estrategia de seguridad del presidente Alvaro Uribe, al que fortalecerá políticamente en momentos en que la justicia colombiana está cuestionando su reelección, ocurrida en 2006 (ver aparte).
Junto con Betancourt, de 46 años y quien también tiene la ciudadanía francesa, fueron rescatados tres contratistas norteamericanos secuestrados por las FARC en 2003 y siete militares y cuatro policías colombianos, algunos de los cuales estaban en cautiverio desde hacía más de 10 años.
Los 15 liberados formaban parte del grupo de 40 rehenes "canjeables", que las FARC pretendían intercambiar por unos 500 guerrilleros presos.
Desde el papa Benedicto XVI hasta el presidente George W. Bush, líderes de todo el mundo celebraron la inesperada noticia. Incluso el presidente venezolano, Hugo Chávez, que mantiene una ríspida relación con Uribe, llamó a su par colombiano para felicitarlo.
Los 12 rehenes colombianos llegaron por la tarde a una base militar de Bogotá, donde fueron recibidos por sus emocionados familiares. Los tres norteamericanos estaban anoche en vuelo hacia Estados Unidos.
Betancourt, secuestrada durante la campaña presidencial de 2002, fue la primera en bajar del avión que trasladó a los liberados, y se fundió en un emocionado abrazo con su madre, Yolanda Pulecio, y su esposo, Juan Carlos Lecompte. "Le pido a Dios que esto les permita a todos los colombianos pensar que la paz es posible", dijo con la voz entrecortada la ex candidata, que vestía un chaleco y un sombrero militar, un pantalón negro y botas de goma. Demacrada y pálida, pero sonriente, Betancourt dijo que todavía aspiraba a "servir a Colombia como presidenta".
El encargado de dar la noticia sobre el audaz operativo fue el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos. Según informó, el rescate se produjo en una zona selvática del departamento del Guaviare, en el sudoeste de Colombia. Santos explicó que el rescate, denominado operación Jaque, se decidió después de que un grupo de elite de la inteligencia del ejército logró infiltrarse en la cúpula de las FARC y en la camarilla que tenía en su poder a los rehenes.


Operativo ficticio
Los infiltrados montaron un operativo ficticio, por el cual los rehenes supuestamente debían ser trasladados a un punto específico de la selva para quedar bajo las órdenes directas de Alfonso Cano, jefe máximo de las FARC desde marzo. Los agentes encubiertos convencieron a los rebeldes de trasladar a los rehenes al sur del país, donde debían ser recogidos por un helicóptero supuestamente contratado por las FARC, pero que en realidad pertenecía al ejército colombiano.
Cuando el helicóptero despegó, los militares redujeron a los dos guerrilleros que custodiaban a los rehenes y dieron la buena noticia a los desconcertados secuestrados: "Somos del ejército nacional y ustedes están libres".
Según el comandante de las fuerzas armadas, general Freddy Padilla, la operación militar no tiene precedente "en Colombia ni en el mundo".
"La operación fue absolutamente impecable", contó después Betancourt. "El helicóptero casi se cae porque lloramos, saltamos, nos abrazamos."
Santos llamó a las FARC a liberar a los 25 rehenes "canjeables" que siguen en cautiverio y reiteró el ofrecimiento de paz a la guerrilla. "Hacemos un llamado a los nuevos cabecillas de las FARC para que depongan las armas. Les ofrecemos una paz digna", dijo.
Anoche, el embajador norteamericano en Colombia, William Brownfield, dijo a la CNN que Estados Unidos estaba enterado y cooperó con "aspectos técnicos" del rescate que permitió liberar a los 15 rehenes, pero recalcó que se trató de "una operación colombiana".