martes, 17 de junio de 2008

El reclamo popular, bajo la lupa de los analistas

Los masivos cacerolazos en contra del Gobierno que ayer se multiplicaron en todo el país, trajeron a la memoria la seguidilla de reclamos callejeros de diciembre de 2001. Especialistas consultados por LANACION.com evaluaron puntos de contacto y diferencias entre ambas instancias de protesta. Por otra parte, plantearon reparos respecto de la conveniencia de realizar el acto que el Gobierno prevé para mañana en la Plaza de Mayo.



Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Nueva Mayoría

"El punto del contacto [entre ambas protestas] es la acción socio-política. La gran diferencia es claramente la situación económica. En 2001, fue la crisis económica la que generó reacciones sociales y una crisis política. Hoy es al revés. Se da una crisis política que genera acciones sociales y que termina repercutiendo en la economía. "El Gobierno debería retomar sugerencias del Episcopado, de Hermes Binner [gobernador de Santa Fe] y del Defensor del Pueblo, Eduardo Mondino, para que las partes se sienten a dialogar. Si el Gobierno realiza el acto mañana confirma la línea de confrontación y desecha el diálogo. Y se suma a esto el acto del viernes en Rosario, claramente esto se va profundizar. Si, en cambio, el oficialismo suspende el acto de mañana sería una señal de que retoma el camino del diálogo que hasta ahora desechó".

Sergio Berensztein, director de Poliarquía

"El contexto es completamente diferente. Lo que se asemeja es la espontaneidad y el instrumento que se utiliza para el reclamo. "Lo que pasó ayer pone de manifiesto lo mal que funciona la política. No puede ser que la sociedad salga a la calle para expresar su disconformidad. Es un llamado de atención a la legitimidad y el funcionamiento de la politica que necesita ser reencauzado de forma más institucional. Como llamado de atención es excelente y pone de manifiesto lo que no se hizo en los últimos siete años. La agenda de reforma política fue sepultada por este gobierno y esto es lo que está sobre el tapete. "Estamos en un punto en el cual la sociedad demostró que quiere una solución pacífica y que no hay ningún golpe de Estado. Sí, hay un pedido de la gente en cuanto a la forma de gobernar. "Cristina [Kirchner] debe hacer lo que prometió en octubre. Esa Cristina, o la legisladora de los 90 hubiera estado ayer en la calle caceroleando. Se pide una mayor calidad institucional. Esta oportunidad que tiene el Gobierno es extraordinaria, es la oportunidad de una democracia más transparente. Lo de ayer demuestra la madurez de la sociedad argentina y la inmadurez de la clase política. "El de mañana es un acto desesperado, porque el Gobierno siente que perdió la calle. La política empezó a hacerse en la calle porque no hay dialogo institucional. Es evidente que se trata de medidas que no aportan a la solución de los problemas".


Graciela Römer, socióloga y encuestadora

"Tanto los cacerolazo de 2001 como los de ayer representan el descrédito total respecto de la dirigencia y de cualquier estructura de intermediación institucional. También son una muestra de la espontaneidad para el el reclamo. Son una señal de preocupación. "A diferencia de los de anoche, los cacerolazos del 2001 tenían una temática mucho más claramente acotada a una cuestión estrictamente económica. "En este caso, el conflicto con el campo, que comenzó como un reclamo sectorial por una puja distributiva, se extendió al conjunto de la sociedad. Estos cacerolazos no sólo expresan el rechazo a cuestiones económicas sino a temas profundamente institucionales".

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